INGREDIENTES
- 1 pechuga de pollo
- 3 dientes de ajo
- 150 ml de vino blanco
- 150 ml de caldo de pollo
- 150 gr de queso fresco batido
- 40 gr de tomates secos
- 150 gr de guisantes
- Queso parmesano
- AOVE, sal y pimienta
PREPARACIÓN
En primer lugar doramos las pechugas de pollo. Para ello echamos 1 cucharada de AOVE en una sartén, fileteamos las pechugas para que se hagan antes, salpimentamos y doramos a fuego medio 2 ó 3 minutos por cada lado. Troceamos y reservamos
En esa misma sartén sofreímos ahora los 3 dientes de ajo picados en una cucharada de AOVE. Cuando hayan tomado color incorporamos el vino blanco y dejamos que evapore el alcohol (acerca la nariz a la sartén, verás que ya no huele a alcohol, sino a algo más tirando a dulzón)
Una vez evaporado el alcohol añadimos 150 ml de caldo de pollo, 150 gr de queso fresco batido, los tomates secos, los guisantes (yo los suelo usar congelados y los compro de la categoría “muy tierno”, así me aseguro que son pequeños), 50 gr de parmesano rallado y rectificamos de sal y pimienta.
Chup chup a fuego medio – bajo 5 minutos. Añadimos entonces las pechugas de pollo previamente desmenuzadas y seguimos con el chup chup otros 5 minutos.
Yo haré la receta hasta aquí, nos gusta tomar pasta los viernes así que la salsa la congelo siempre, el día antes la saco y la meto en la nevera y el día que la vamos a tomar sólo hemos de cocer la pasta.
Os tengo que decir que la pasta se congela, no pasa nada por hacerlo, procura hacerlo separada de la salsa y sécala previamente con papel de cocina.
Nosotros no lo hacemos porque lo cierto es que no nos gusta la textura, pero conozco mucha gente que lo hace, así que animaos a hacerlo también y así probáis, todo va en cuestión de gustos.
Si conoces algún truco con el que la pasta congelada quede igual que recién hecha ¿lo compartirías conmigo? 👌👍☺